- ¿Por qué nos alejamos tanto de la costa y apaga Vd. el farol? le pregunté.
- Porque estamos pasando la frontera clandestinamente- me dijo.
El oleaje, cada vez mas alto, empezaba a preocuparme; sobre todo, cuando paró el motor y se agarró a los remos.
- ¿Sabes remar? - me preguntó Moisés.
- ¡No, no lo he hecho nunca! - contesté....
- Pues tendrás que hacerlo esta noche, porque, de vuelta, me toca hacerlo a mí solo y hay que hacer un buen trecho hasta que empecemos a ver las luces de los pescadores franceses. Luego encenderemos la nuestra y pondremos el motor.
Se veía claramente de que ese viaje lo había hecho ya varias veces por lo bien que conocía el trayecto.
- Pues si cree Vd. que puedo hacerlo, déjeme que empiece cuanto antes.
- Ponte detrás de mí y obsérvame bien - me dijo.
Lo hice, no me parecía tan difícil. Pero cuando me entregó los remos y me puse mirando hacia España, los ojos se me llenaron de lágrimas y, cada vez que movía los remos para alejarme de ella, me parecía lanzarle un insulto, aun sabiendo que ella no tenia la culpa de mi huida. Cuando empezamos a ver centellear las luces, a lo lejos, me dijo Moisés:
- Aquellas luces detrás de ti, son las de los pescadores franceses que están pescando calamares. - Pero debió de notar mi enorme tristeza, porque enseguida me dijo:
- Déjame los remos y deja ya de mirar a España que, de momento, no nos pertenece.- Moisés también era socialista.
- Porque estamos pasando la frontera clandestinamente- me dijo.
El oleaje, cada vez mas alto, empezaba a preocuparme; sobre todo, cuando paró el motor y se agarró a los remos.
- ¿Sabes remar? - me preguntó Moisés.
- ¡No, no lo he hecho nunca! - contesté....
- Pues tendrás que hacerlo esta noche, porque, de vuelta, me toca hacerlo a mí solo y hay que hacer un buen trecho hasta que empecemos a ver las luces de los pescadores franceses. Luego encenderemos la nuestra y pondremos el motor.
Se veía claramente de que ese viaje lo había hecho ya varias veces por lo bien que conocía el trayecto.
- Pues si cree Vd. que puedo hacerlo, déjeme que empiece cuanto antes.
- Ponte detrás de mí y obsérvame bien - me dijo.
Lo hice, no me parecía tan difícil. Pero cuando me entregó los remos y me puse mirando hacia España, los ojos se me llenaron de lágrimas y, cada vez que movía los remos para alejarme de ella, me parecía lanzarle un insulto, aun sabiendo que ella no tenia la culpa de mi huida. Cuando empezamos a ver centellear las luces, a lo lejos, me dijo Moisés:
- Aquellas luces detrás de ti, son las de los pescadores franceses que están pescando calamares. - Pero debió de notar mi enorme tristeza, porque enseguida me dijo:
- Déjame los remos y deja ya de mirar a España que, de momento, no nos pertenece.- Moisés también era socialista.
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